5 por hora, reducidos a 4 (según últimas indicaciones)
4 por hora, que en la práctica intentan que sean 3.

Esos son los números de paciente que mi prima me contaba que tiene que atender por hora, en el consultorio donde trabaja, en Temuco. La realidad de la salud en Stgo no debe variar mucho, si es que no es peor.

Y entonces estoy yo, un día que no me toca consultorio (jurídico), en las precarias 'dependencias' que tenemos en Peñalolén usando por 45 minutos una sala, a sabiendas de que afuera está lleno de personas esperando para su uso y de que, según calendario, no me corresponde.

Pero, qué hacer?

Los 'abogados' -sobre todo en estas circunstancias- tenemos que hacer de sicólogos, asistentes sociales, apoyo familiar, amigos...oído pendiente que busca reducir todo un drama humano a 10 líneas bien formateadas, que pasarán a formar parte de una pila mal cosida de dramas humanos que llenan los tribunales de nuestro país.

Y ahí quedan.

Y va a pasar un año, en que haré todo lo que esté en mis manos para que esa transformación de drama a juicio se mueva y siga el curso que lo lleve a la justicia, pero el año se termina (y bien sabemos los abogados que no hay plazo que no llegue!) y es imposible que en ese ejercicio de transformación, parte de ese drama quede en mi, parte de ese expediente sea yo, parte de ese montón sea mi montón.

Desligarse.

Nunca, nunca, nunca he sido buena para desligarme. Ni los problemas, ni los enfrentamientos han dejado de que -en distintos grados- me deje de afectar lo que le pasa a 'aquello' de lo que fui parte y ahora se va a acabar ese tiempo (sí, estamos en Abril, estoy sólo un poco adelantada) y -por obligación - voy a tener que desligarme. Lo que en ningún caso creo que lo vaya a hacer más fácil que en otras ocasiones.

Pongo este ejemplo, pero creo que en mi vida y probablemente en la tuya querido lector (...pa conectarse con el 'público', digo yo) eso pasa más de una vez, y en los más distintos ámbitos. Claramente no hay una fórmula, ni un método, pero es parte del círculo.

Que ese drama no sea mi drama
que ese expediente no soy yo
que ese, definitivamente, no es mi montón.